Coronavirus COVID-19 diferencias entre PCR y pruebas rápidas
Coronavirus COVID-19 diferencias entre PCR y pruebas rápidas
Cada día recibimos muchas llamadas telefónicas en CEyDES, Centro de Estudios y Desarrollos sanitarios, de personas que desean saber “si tengo el coronavirus” o “he desarrollado defensas frente al coronavirus” porque, y según ellos “ creo que ya lo he tenido”.
Todas estas personas han oído hablar de los “test rápidos” que en 15 minutos les van a decir si han tenido o no la enfermedad, si están inmunizados o en disposición de ir a trabajar sin riesgo a contagiarse o, yendo más allá “si voy a contagiar o me puedo contagiar”.
Se está vendiendo la idea que el hacerse un test rápido es la panacea universal y, sobre todo, es el diagnóstico fundamental y la prueba que le va a liberar de preocupaciones y que le va a dar seguridad a su familia y frente a los demás.
La máxima preocupación en estos momentos no es “tengo el coronavirus” sino saber si lo ha tenido o, en el peor de los casos si “lo puedo tener”.
En realidad las llamadas “pruebas rápidas” son la detección de anticuerpos frente al coronavirus, causante de la enfermedad COVID-19, producida por el coronavirus SARS-CoV-2.
No son sino una prueba de cribado que permite, con las limitaciones de esta técnica, mejorar el cribado en la población y limitar los ensayos de PCR sólo a aquellos pacientes que, con sintomatología, den un resultado negativo. El fin ultimo mediante los test rápidos es permitir liberar profesionales y recursos en el Sistema Nacional de Salud, según Sanidad.
En realidad los test rápidos no identifican el ARN del virus, sino que detectan, o bien anticuerpos producidos frente al virus utilizando una muestra de sangre, que es otra manera de conocer si el paciente está o ha estado infectado, o bien proteínas del virus presente en las muestras respiratorias de exudado naso-faríngeo.
En los trabajos realizados los autores no ofrecen resultados acerca del valor pronostico positivo o negativo de estas pruebas, incluso con el uso de kits aprobados por la FDA y ya con el sello de la Comunidad Europea que tienen una sensibilidad y especificidad superiores al 88%.
Incluso así debemos conocer que la respuesta IgM e IgG es incierta y variable en el curso de la enfermedad lo que hace que un resultado negativo de IgM y de IgG no excluya que el paciente esté infectado por SARS-CoV-2. Especialmente en pacientes inmunodeprimidos.
Aparte de los problemas que todos conocemos por la prensa y la televisión de los fallos de partidas de kits para la realización de anticuerpos (pruebas rápidas), las pruebas rápidas deben tener una sensibilidad y especificidad que superen al 80% y cumplir la normativa de la Comunidad Europea , siglas C E, que aparecen en la caja de los kits y en los prospectos interiores. El problema es que las siglas CE también corresponden a “China Export” lo que explicaría el “engaño” de los kits.
El Ministerio de Sanidad en una circular de 7 de Abril de 2020 especifica que : “Con el objetivo de mejorar los tiempos de espera hasta el momento del diagnóstico y optimizar el uso de PCR se podrán utilizar los test rápidos de diagnóstico serológico”. A continuación se indica “la utilización de los test serológicos en los distintos ámbitos de actuación”. En el ámbito hospitalario se podrá hacer en pacientes con alta sospecha clínica, sin PCR o con PCR negativa con varios días de evolución: Si es positivo, se confirma el diagnóstico (infección reciente o pasada). Si es negativo, se hará PCR.
En el caso de residencias de mayores y centros socio-sanitarios: su uso está indicado en pacientes sintomáticos si han transcurrido varios días desde el inicio de síntomas y priorizando el uso de lanceta. Si en la institución se ha detectado más de un caso con síntomas compatibles de COVID-19 no será necesario obtener un resultado positivo en todos los casos sospechosos. En caso de obtener al menos una prueba positiva el resultado se considerará confirmatorio de infección por SARS-CoV-2, considerándose que existe un brote en la institución. Se procederá a tratar y a aislar a los pacientes sintomáticos y, a los demás residentes de la institución, se les considerará contactos estrechos procediendo a la cuarentena de los mismos. La toma de muestra y el análisis se realizará en la propia residencia o centro socio-sanitario.
Esta guía especifica que la muestra debe hacerse en la propia residencia.
Lo más razonable, la postura lógica es usar estos test rápidos como una prueba complementaria a la PCR que es , y sigue siendo, la técnica más útil para el diagnostico de la COVID-19 y por tanto es la prueba de elección y de referencia.
Otra parte de las llamadas, quizás las más angustiadas y preocupante hacen referencia a los progenitores de las personas que nos llaman , o bien porque con el decreto de” distanaimiento social”, confinamiento, están solos en casa o bien porque están en una residencia de mayores y tienen miedo a lo que les pueda pasar, sobre todo tras haber oído las noticias que sobre las residencias dan en los medios de comunicación social y por esa especie de “ desconfianza” que todos tenemos cuando el que comunica con nosotros no tiene experiencia en comunicación verbal y , lo que aún es peor, en comunicación no verbal. Aparte de que, como nos pasa siempre a todos, no nos gusta oír nada que no queramos oír.
En este caso si la persona está aislada en casa y no tiene síntomas, se podría utilizar una técnica de cribado (test rápido) con las suficientes garantías o simplemente seguir la evolución por teléfono y actuar según el cuadro clínico. En el caso de tener síntomas la prueba de elección sería hacer una PCR.
En el caso de las personas que residen en residencias de ancianos lo más lógico, por todas las circunstancias que coinciden en esta población, es hacer una PCR tanto a asilados como al personal que los atiende y extremas todas las medidas higiénicas, de circulación y aislamiento preconizadas en las normas derivadas del estado de alerta en el que todos vivimos y en cuyo cumplimiento debemos coincidir al máximo todos ya que es la mejor forma en nuestra nación de detener el avance del coronavirus
Para finalizar y por este orden:
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Primero PCR, luego test rápidos. La prueba que detecta la presencia del virus es la PCR.
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Las pruebas que pueden detectar que ha pasado una infección por coronavirus son los test rápidos de determinación de anticuerpos y de antígenos.
Hay un test no rápido por otra técnica, que valora la presencia de IgG, IgA e IgM.